Ir de restaurante con niños: ¿qué tener en cuenta?

Tener hijos no significa renunciar a la vida social. Cada vez son más frecuentes los museos, bares, teatros y salas de conciertos que ofrecen propuestas directamente enfocadas a las familias, o que adaptan sus instalaciones a las necesidades de los niños. Gracias a estos espacios kid friendly, los padres ya no tienen que esperar a que sus hijos sean mayores para disfrutar de la gran oferta de ocio de sus pueblos y ciudades.

Ir a un restaurante es una de estas actividades sociales que muchas personas no quieren abandonar después de la llegada de los pequeños. Aunque estamos muy acostumbrados a comer fuera con los amigos, la familia o la pareja, ir de restaurante con niños es un poco diferente. ¿Qué hay que tener en cuenta para que todo salga bien?Family having lunch outdoors

En primer lugar, y aunque sean pequeños, es adecuado prepararles para la ocasión y contarles dónde van a ir y por qué. Explicarles por qué comer en un restaurante puede ser muy divertido. En definitiva, generar expectativas y contarles qué se espera de ellos.

Una vez ya estamos todos mentalizados, lo mejor es buscar un sitio que esté dispuesto a acoger familias. En algunos casos, nos encontraremos con restaurantes con menús infantiles, piscinas de bolas, juguetes y personas que se encargan de jugar con ellos mientras comemos. Pero no siempre va a ser así: en caso de no ser un restaurante orientado directamente a los niños, lo mejor es escoger un establecimiento de comida casera y sencilla, donde estén acostumbrados a recibir familias.

Para ahorrarnos esperas y problemas, podemos reservar mesa antes y avisar que vamos con niños. De esta forma, no tendremos que esperar que se vacíen el resto de mesas para poder comer, y nos van a guardar un espacio grande y suficiente para colocarnos con las tronas de los niños y para “aparcar” la silla de paseo y todos los artículos que acompañan a los niños. Podemos pedir si tienen tronas para bebé o llevar una trona de viaje nosotros.

Father and daughter in cafe

Además de las tronas, será útil ver si hay un cambiador en los baños. Y sino, llevarse un cambiador de viaje que se pueda adaptar fácilmente a todas las superficies.

Otro consejo es ir al restaurante antes de la llegada de la hora punta, alrededor de la una del mediodía. Así no se retrasa la hora habitual de comida de los niños, los locales están vacíos y pasaremos un rato más cómodo.

Si son pequeños y no comen la comida del restaurante, podemos darles de comer antes que nosotros. Así estarán saciados y se relajarán, jugarán o incluso se dormirán mientras nosotros comemos. Si ya son mayorcitos y piden comida del restaurante, podemos invitarles a probar platos nuevos adecuados para su edad, contarles cosas divertidas sobre la comida o dejarles probar nuestros platos.

¿Y para los momentos de espera? Es totalmente fundamental llevarnos algo pequeño y poco ruidoso para que los pequeños se entretengan: juguetes, muñecos, cuadernos de dibujar y colorear, cuentos infantiles… Las aplicaciones infantiles y los juegos de nuestro móvil o tablet también pueden ser de gran ayuda. De todos modos, no debemos alargar demasiado los momentos de “no hacer nada”, como la sobremesa, para no agotar la paciencia y provocar problemas.

Aunque todos estos consejos pueden sernos muy útiles, lo más importante para vencer el miedo a comer fuera con nuestros hijos es la práctica. Cuando más comemos en un restaurante con niños, más se adaptarán y lo percibirán como algo natural.

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