Los niños pequeños a lo largo de su infancia tienen muchas enfermedades infecciosas, especialmente si están escolarizados. Algunas son muy conocidas entre la población como las otitis o las anginas. Sin embargo hay un grupo de enfermedades, que se conocen como enfermedades exantemáticas, que seguramente en su conjunto son el grupo más frecuente de enfermedades propias de la infancia y que quizá no son tan conocidas….¡por lo menos con ese nombre!

Las enfermedades exantemáticas se llaman así porque dentro de su expresión clínica aparece lo que se conoce como exantema. ¿Y qué es un exantema? Pues un exantema es una erupción cutánea que generalmente aparece de forma súbita y que puede afectar a diferentes partes del cuerpo. Cada tipo de virus o bacteria que causa una enfermedad exantemática va a tener unas características diferenciales en cuanto a tipología de las lesiones en la piel y distribución. Estas características a veces nos permiten a los pediatras “ponerle un nombre” a lo que sucede. Otras veces serán una especie de “cajón de sastre” y quedarán etiquetados como “exantema vírico”.

La fiebre, de diferente intensidad y duración, puede acompañar a estas infecciones, aunque no siempre está presente.

Posiblemente la enfermedad exantemática más conocida –y quizá también la más frecuente- es la varicela. En el caso de la varicela las lesiones en la piel son una especie de granitos, que evolucionan a una vesícula, que es un granito que en su interior tiene agua, y posteriormente a una costra. Son lesiones que pican y que hay que evitar rascarse, porque se pueden infectar.
La varicela no complicada dura una semana, durante la cual la aparición de las “manchitas” es secuencial en dos o tres subidas, en un patrón como de “cielo estrellado”.
La varicela está causada por un virus de la familia herpes: el virus varicela-zóster y es muy contagiosa.

Otra enfermedad exantemática frecuente es la escarlatina. La escarlatina, a diferencia de la varicela, está causada por una bacteria, un estreptococo que ocasiona anginas. Una toxina de esa bacteria origina las lesiones en la piel, que se distribuyen también de forma característica y que hacen que la piel adquiera un tacto especial, que se describe como “en papel de lija”.
En este caso el tratamiento va a incluir antibióticos y su capacidad de contagiar es más limitada.

Las enfermedades exantemáticas se pueden producir durante todo el año aunque son típicamente primaverales o de principios del verano. Como en el verano la piel está más expuesta, puede lesionarse con mayor probabilidad. También otras lesiones como las quemaduras solares o la sudamina (causada por el sudor en la piel de algunos bebés) pueden confundirse con un exantema.

Ante la aparición de lesiones generalizadas en la piel, lo más recomendable es que consultes con tu pediatra.