Ya estás en la recta final del embarazo, ya falta menos para verle la carita, para tenerle entre tus brazos, notar su inconfundible olor de bebé, tocar su suave piel.., en definitiva, falta muy poco para que puedas darle todo tu amor incondicional mientras llenas de besos sus blanditas mejillas.
Probablemente hayas previsto su llegada hasta el último detalle, preparando todo su ajuar con sumo cuidado: la canastilla, los bodies de algodón, los conjuntos, los patucos…
Toda esta emoción va a ayudar a superar hasta cierto punto, las incomodidades que supone un vientre muy voluminoso. Lo que antes era una tripita prominente ahora empieza a abultar demasiado. Ha llegado el momento de ir bajando progresivamente el ritmo de todas las tareas para compensar el volumen que se va adquiriendo. Aunque instintivamente siempre se quiere dejar todo resuelto antes del nacimiento, las mamás deben concienciarse, deben exigirse auto-reposo, entender que si ellas están descansadas y rebajan su nivel de exigencia en lo relativo al control de la casa y del trabajo, esto repercutirá beneficiosamente en el bebé.
Entre los síntomas que más suelen percibir las futuras mamás, destacan la dificultad para dormir, el reflujo gástrico, cansancio, pesadez de piernas, hinchazón y dolor de espalda.
Quizás unos sencillos trucos puedan aliviar algunos de estos síntomas. A la hora de ir a dormir, suele funcionar muy bien tumbarse de lado y hacerse con un gran cojín que se colocará entre las piernas. Con esta posición que eleva una pierna, se reduce la presión y se mejora la circulación de la sangre facilitando un mayor descanso. Existen cojines maternales especialmente diseñados con este propósito, algunos muy versátiles que se adaptan a las necesidades de cada mamá y que, además, servirán para más adelante como apoyo para el bebé, para darle el pecho cómodamente, para delimitar la zona de la cama donde se le deja para evitar caídas u otros usos igualmente prácticos.
El bebé se va recolocando en la zona pélvica y presiona la vejiga, de modo que se percibe un deseo mucho mayor de ir al baño, por eso, cenar más temprano y hacerlo de forma ligera a la vez que se reduce la ingesta de líquidos justo antes de ir a dormir, ayudará por un lado a aliviar el reflujo y por otro a no despertarse tan a menudo para ir al baño. Sin embargo, durante el resto del día, es muy importante tomar mucho líquido para ayudar al tránsito intestinal que también suele verse afectado durante el embarazo. Si se logra dormir más seguido sin tantas interrupciones, al día siguiente, las mamás estarán más descansadas y podrán ahorrar energías para cuando llegué el bebé.
Otra recomendación es intentar tener las piernas en alto todo el tiempo que sea posible. La circulación suele verse muy afectada durante los últimos meses de gestación y podría ocasionar o empeorar pequeñas varices o arañas vasculares. Además, mientras se tienen las piernas en alto, se estará descansando o haciendo labores no tan pesadas y eso ayudará de paso con el dolor de espalda.
Otro aspecto a tener en cuenta en la recta final del embarazo es el cuidado de la piel para intentar evitar las estrías. Aunque es elástica, tiene unos límites cuando se ve sometida a un estiramiento excesivo como en el caso del embarazo. Se aconseja aplicar crema hidratante sin parabenes o aceite antiestrías en el pecho y el vientre y ser muy persistente en ello.
Si realmente se está en disposición de aplicar estas precauciones, la recta final puede ser mucho más llevadera, permitiendo disfrutar en todo momento del precioso gran momento que se está viviendo justo antes de ser mamá.
