La Importancia del Juego en la Infancia

Cuando escuchamos la palabra Jugar lo primero que se viene a nuestra mente es pensar en niños pequeños. Sin embargo, es de suma importancia que niños, jóvenes y adultos en todas las etapas tengan la oportunidad de jugar (y de aprender) cada día. Es por eso que el Animar el juego diario a los hijos (en cualquiera de sus edades) es una de las mejores enseñanzas y regalos que podemos brindarles.

Es justo en la infancia (0 a 6) donde el juego se convierte en una actividad que ayuda al desarrollo de su creatividad y fantasías al llevarlas a una cercana realidad (para ellos). El juego es un modo de expresión que exterioriza de una manera desenfadada su personalidad y desarrolla su inteligencia. Bajo esta premisa podemos observar que existen tipos de juegos que ayudan a desarrollar a los tres niveles de la estructura del pensamiento y estos son:

Pensamiento sensorio motor = Juegos manipulativos
Pensamiento representativo = Juegos simbólicos
Pensamiento reflexivo = Juegos de reglas

Es de suma importancia que en ambos ámbitos de enseñanza -hogar y escuela- el juego contribuya al desarrollo intelectual, emocional, físico y social. Es a través de éste cuando el niño controla su propio cuerpo y coordina sus movimientos, organiza su pensamiento, explora el mundo que le rodea, domina sus sentimientos y resuelve sus problemas emocionales, en definitiva se convierte en un ser social y aprende a ocupar un lugar dentro de su comunidad.

La actividad mental en el juego es continua e, implica creación, imaginación, exploración y fantasía. A la vez que el niño juega, crea cosas, inventa situaciones y busca soluciones a diferentes problemas que se le plantean a través de los juegos, favoreciendo el desarrollo intelectual. El niño aprende a prestar atención a lo que está haciendo, a memorizar, a razonar, etc. A través del juego, su pensamiento se desarrolla hasta lograr ser conceptual, lógico y abstracto.

Por último es a través de éste, donde el niño también desarrolla sus capacidades motoras mientras corre, salta, escala, sube o baja. Si además lo hace en grupo facilita el desarrollo social, la relación y cooperación con los demás, así como el respeto mutuo. Al relacionarse con otros niños desarrolla y perfecciona el lenguaje. Los juegos con los que asume un rol determinado y donde imita e identifica con los distintos papeles de los adultos, influyen de una manera determinante en el aprendizaje de actitudes, comportamientos y hábitos sociales que mostrará en su desarrollo posterior como adolescente y adulto. Tanto la capacidad de simbolizar como la de representar papeles le ayuda a tener seguridad en sí mismo, a autoafirmarse, acrecentando, además, la comunicación y el mantenimiento de relaciones emocionales.

Estos juegos de rol siempre se verán beneficiados si existen objetos que los ayuden a seguir desarrollando su creatividad e imaginación. Su naturaleza por imitar los hará querer ser carpinter@s, mecánic@s, peluquer@s, dependientes en alguna tienda, o padres de familia; no asignemos roles determinados y dejemos que sean precisamente ellos los que escojan y prueben los diferentes papeles que pueden desempeñar en el mismo.

Recuerda: El juego es una herramienta fundamental para las actividades de enseñanza-aprendizaje en la escuela y en nuestro hogar, pues constituyen una de las mejores e importantes fuentes de aprendizaje motivando a los niños y haciendo que continúen aprendiendo y desarrollándose en una de las etapas más importantes de su vida.

La imaginación en el juego es nuestro mejor amigo.

Ana Juárez
Psicóloga
psicologia.aejo@gmail.com

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