Las tronas infantiles son indispensables en una casa con niños pequeños. Se usan, obviamente para darles la comida, pero en ellas también experimentan, juegan, se distraen, descansan, etc., así que al final, acaban pasando mucho tiempo sentados en ellas y es importante no equivocarnos a la hora de hacer nuestra elección.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de escoger una buena trona?
1 – Que sea fácil de limpiar
Comer va a ser la función principal y ahora que están aprendiendo a hacerlo, te va a ser de gran ayuda que se pueda limpiar con facilidad. Por eso es importante escoger tronas con un tapizado tipo Eco-piel, forrado o por lo menos, que se pueda desenfundar en un abrir y cerrar de ojos para que la puedas limpiar tantas veces como sea necesario.
La bandeja también debe poder extraerse y limpiarse con facilidad. Algunos modelos de tronas incluyen cubre-bandejas que se pueden lavar en el lavavajillas.
2 – Evolutiva
En esta etapa, los niños crecen muy rápido y sus necesidades son cambiantes. Por eso, es preciso que la trona pueda ir adaptándose al ritmo de tu bebé para garantizar que siempre va a estar correctamente sentado.
Es importante que el reposapiés se pueda regular en altura y que la bandeja se pueda retirar para que cuando ya son más mayorcitos, puedan compartir la mesa con el resto de la familia.
Cualquier función adicional será bienvenida, sobretodo la de poder graduar la altura de la trona, ya que de este modo, se va a poder adaptar a todo tipo de mesas y espacios.
3 – Cómoda
Teniendo en cuenta todo el tiempo que el bebé va a pasar sentado en la trona, debemos estar seguros de que la trona sea lo más cómoda posible. Blandita pero sin hundirse para que no queden restos de comida en los rincones, que no les haga sudar en verano y si ya queremos ir un poquito más allá, con asiento reclinable. Aunque siempre es mejor que descansen en su cuna, a veces se quedan irremediablemente dormidos justo después de comer.
Los fabricantes de tronas, que lo saben muy bien, a menudo incluyen mecanismos que permiten regular el respaldo para convertir la trona en una hamaquita, lo cual es de agradecer. Un ejemplo es la sillita Polly Magic de Chicoo que se puede usar como hamaquita desde el nacimiento hasta los 6 meses.
4 – Ligera y transportable
Vamos a tener que mover la trona en muchas ocasiones, ya sea para limpiar, trasladarla de la cocina al comedor, plegarla, etc. Es muy aconsejable que tenga ruedecitas para que no la tengamos que cargar y, con los materiales actuales, ya no tienen porqué pesar demasiado.
Este detalle es importante, una trona pesada puede llegar a ser muy engorrosa. Y si tienes previso ir de viaje muy a menudo o desplazarte a casa de familiares, lo más adecuado es una trona portátil.
5 – Compacta
Ahorrar espacio en el hogar también es importante y se agradece. Tener la opción de poder plegar la cómoda sin que ocupe mucho espacio, va a ser importante tanto mientras la estéis usando como cuando la guardéis para otro bebé.
Muchos papás guardan la trona detrás de la puerta de la cocina, de modo, que cuanto más compacta, mejor.
Por descontado, si además de estas prestaciones, la trona que os gusta tiene más detalles ¡Mejor! Cesta porta-objetos, bolsillos, convertibles en mesa y silla….
Como ejemplo, cabe destacar la Tatamia, una genial trona súper compacta y multifunción de Peg Pérego que sigue el crecimiento del niño. En los primeros meses, como una cómoda cunita y mecedora relajante y a partir de los 6 meses, como trona para comer, jugar o dormir. Luego, cuando el niño es más grande, retirando la bandeja, podrá sentarse a la mesa con los adultos.
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