Preparar la habitación del bebé es algo parecido a lo que alguna vez hemos visto en los documentales de la naturaleza en los que una pareja de aves preparan de forma frenética el nido para sus futuros polluelos. Si lo piensas, es lo mismo que hacemos nosotros pero a otro nivel.
Y esto ocurre porque por instinto, sabemos que una vez tengamos a nuestro bebé en los brazos, no vamos a tener tiempo para hacer nada más que cuidarle. Por eso, tenerlo todo preparado antes, proporciona a los padres tranquilidad y una cierta sensación de control.
Pero, ¿cómo se prepara la habitación de un bebé? ¿Sabemos qué mobiliario infantil vamos a necesitar o que es lo que más conviene? ¿De cuánto espacio disponemos?
En realidad, lo básico es una cuna. Una cunita cómoda y segura porque es el lugar donde va a descansar durante muchas horas durante los próximos 2-3 años. Es importantísimo asegurarse de que cumple las normas sobre seguridad como una distancia segura entre barrotes o que no tenga partes angulosas para evitar golpes.
Cabe mencionar que hay familias que optan por mobiliario infantil convertible como las cunas-cama, ideales para usar más allá de los 3 años. Es una opción muy práctica ya que alarga la vida útil de los muebles del conjunto.
El colchón también tiene mucha importancia ya que de él va a depender la calidad del descanso. Todos los tejidos que vayan a estar en contacto con el bebé, deben ser de la máxima calidad, algodón 100% a poder ser. Algunas fibras pueden generar problemas como una sudoración excesiva y picor.
También será necesario un lugar donde guardar su ropita y accesorios. El mobiliario infantil normalmente se compone de un armario y una cómoda o mueble cambiador. El mueble cambiador es especialmente útil para los padres puesto que facilita enormemente la labor de cambiar los pañales o vestir a los bebés. Proporcionan la altura ideal para no tener que inclinarnos y adoptar posturas inadecuadas que acaben por torturar nuestras lumbares.
Los sillones de lactancia son muy útiles cuando el espacio de la habitación del bebé lo permite. Su particular forma pensada para ayudar a la hora de las tomas, envuelve a bebés y papás en un momento muy bonito de recogimiento y ternura.
Después de tener claro qué muebles para bebé usaremos, está el tema de la organización. Si es posible, la cuna debe colocarse lo más lejos posible de la puerta, para evitar corrientes de aire y ruidos y conviene que no esté demasiado cerca de la ventana por el mismo motivo.
El color de las paredes debe ser necesariamente en tonos suaves ya que les ayudará a relajarse. Del mismo modo, las cortinas no deberían contener elementos llamativos o ser de colores fuertes. Además, deben permitirnos regular con facilidad el nivel de luz del dormitorio para proporcionar una agradable siesta por ejemplo.
Otra cuestión a tener en cuenta, es el nivel de humedad de la habitación del bebé ya que un radiador por ejemplo, puede resecar demasiado el ambiente. Existen dispositivos muy interesantes, humidificadores o deshumidificadores, que te ayudarán a equilibrar la humedad. Algunos incluso permiten incorporar fragancias o proyectar una suave luz durante la noche.
Debemos evitar tener equipos como televisores en el dormitorio porque son un estímulo visual y auditivo que no nos ayudarán a la hora de relajar el ambiente.
Para terminar, podríamos complementar la habitación con vinilos, fotos y peluches o una lamparita auxiliar. Estos elementos de decoración infantil serán los que otorguen personalidad y a la vez creen un ambiente muy agradable y acorde a la personalidad de la familia.
