Trucos para hacer los mejores castillos de arena

Todos hemos intentado hacer alguna vez un castillo de arena, con más o menos éxito. Construyendo castillos los niños se lo pasan en grande, se entretienen durante horas, al mismo tiempo que aprovechan todos los beneficios de jugar con la arena: desarrollan su creatividad, potencian sus sentidos, mejoran la coordinación motora…

Aún así, pocas veces conseguimos que los castillos salgan perfectos. Hay que reconocerlo: es bastante difícil hacer construcciones dignas, que se mantengan de pie durante mucho rato y que se puedan moldear de forma original. Pero como en Eurekakids los desafíos nos encantan, ¡os hemos recogido algunos trucos para hacer los castillos más bonitos de toda la playa!

La dosis justa de agua

La arena mojada es mucho más práctica para hacer un castillo, ya que el agua actúa como de pegamento de los granitos de arena y forma una mezcla, como si se tratara de cemento. De hecho, es mucho más fácil hacer construcciones cerca de la orilla, donde la arena está mucho más húmeda. Así que el primer consejo es asegurarse de encontrar un sistema práctico para ir aportando agua a la arena y apelmazándola, pero sin llegar a mojarla demasiado. En ese caso, se derrumbaría.

El punto adecuado para la construcción

Como decíamos, no todos los sitios de la playa son buenos para construir un castillo, y no solo por la disponibilidad de agua. Si nos acercamos demasiado a la orilla, corremos el riesgo de perder la construcción por culpa de una ola. Si nos situamos en un sitio demasiado concurrido, alguien puede pisarlo sin querer. Si nos metemos justo al lado de un espacio para jugar a fútbol playa o a voleiplaya, le puede caer una pelota encima. Conclusión: antes de empezar la construcción, tenemos que observar durante unos minutos todos los huecos a nuestro alrededor, y escoger el que mejor se adapte a las necesidades. Normalmente suele ser la parte de la orilla que todavía está húmeda pero en la que no llegan casi las olas, o solo algunas y con poca fuerza.

Construir una montaña

Para empezar un castillo o cualquier otra construcción, hay que preparar primero una gran montaña, un montón gigantesco de arena para moldear. Este será nuestro punto de partida, para asegurarnos que no nos faltará nunca la materia prima y que estará en perfectas condiciones. A partir de aquí, iremos modelando las estructuras. Así que el primer paso es conseguir una gran cantidad de arena.

Las herramientas adecuadas

Las primeras herramientas que vamos a usar, y las más importantes, son nuestras propias manos. Nos las tenemos que mojar un poco y empezar a trabajar con ellas la arena, añadiendo o quitando según sea necesario. Pero también nos podemos proveer de otras herramientas más avanzadas que nos ayudarán a mover la arena y a hacer formas con ella, como palas, rastrillos, rodillos… Además del tradicional cubo de agua, que nos servirá para transportar el agua que nos haga falta. Si quieres el pack completo, nuestro set deluxe es una opción genial.

Además de este tipo de herramientas, es muy habitual encontrar moldes para modificar la arena de forma fácil. La marca Hape es una de las que nos ofrece más variedad de moldes, ¡para hacer cualquier cosa! Desde vehículos hasta animales, pasando por pasteles o edificios emblemáticos del mundo como la Torre de Pisa, el Partenón, la Gran Muralla China o la Torre Eiffel. Los puedes encontrar todos en la sección de juguetes de exterior Hape.

Paciencia, mucha paciencia

No es nada fácil construir un castillo perfecto a la primera, y más cuando hay niños en el “equipo constructor”. Así que vamos a necesitar una alta dosis de paciencia y muchas ganas de disfrutar, para que el resultado sea lo menos importante, y divertirse durante el proceso, ¡lo más!

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