Juegos y juguetes ecológicos para aprender a cuidar nuestro planeta

Adquirir un compromiso con el medio ambiente implica, entre otros, adoptar hábitos de consumo responsables. Los materiales y procesos de fabricación, el embalaje de los productos, su procedencia o su calidad y durabilidad son algunas de las principales características en las que debemos fijarnos si queremos que nuestro consumo tenga un impacto mínimo en el medio ambiente. Esto es especialmente importante en los juguetes, ya que, más allá del propio impacto de consumo, decidir comprar un juguete ecológico repercutirá de un modo directo en los más pequeños.

La importancia de los juguetes ecológicos en las primeras etapas de desarrollo

Los materiales son especialmente importantes en las primeras etapas de los más pequeños, ya que en esos momentos empiezan a desarrollar sus sentidos. Además, los bebés manipulan y descubren con el tacto, pero sobre todo con la boca. Por eso, elegir materiales naturales y de calidad es esencial en esta etapa. Sus primeros juguetes les conectarán con la naturaleza y su entorno a través de su aroma, tacto, color y texturas. Pero es también una etapa en la que aún están desarrollando su sistema inmunológico y, por tanto, son mucho más sensibles a los agentes tóxicos. Los juguetes fabricados con materiales ecológicos nos ayudarán a limitar su exposición a los químicos.

Por otro lado, los juguetes ecológicos también tienen otras ventajas pedagógicas muy destacadas, como su capacidad para evolucionar y crecer con el bebé. Son juguetes aparentemente sencillos que los pequeños aprenden a utilizar de mil maneras distintas, contribuyendo así a desarrollar su creatividad e imaginación, la capacidad de resolución de problemas y el pensamiento crítico. Además, al ser juguetes sin pilas, luces ni sonidos, les ayudan a estar más tranquilos y mejoran su capacidad de concentración.

Juguetes ecológicos para transmitir y fomentar el respeto por el medio ambiente

Más allá de las primeras etapas de desarrollo infantil, los juguetes ecológicos tienen otras características que los convierten en herramientas muy adecuadas para transmitir los valores de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente. Están fabricados con materiales de gran calidad y son muy duraderos. Podrán usarlo varios hermanos e incluso pasar de generación en generación, una característica fundamental para transmitirles la importancia de cuidar y dar valor a las cosas. De este modo, contribuiremos a conseguir que, al crecer, sigan haciendo un consumo responsable, abandonando el modelo de “usar y tirar” que ha prevalecido a lo largo de las últimas décadas.  

Los juguetes ecológicos tienen además una clara vocación educativa que va más allá del aprendizaje de los valores relacionados con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Están pensados para fomentar las habilidades propias de las distintas etapas del desarrollo infantil, como

La importancia de jugar al aire libre y de estar en contacto con la naturaleza

Los estudios han demostrado que el contacto constante con la naturaleza, además de aportar grandes beneficios a los más pequeños, es indispensable para que los niños perciban el valor de preservar el entorno. Jugar al aire libre está directamente relacionado con la adquisición de una sólida conciencia ecológica. Además de los juguetes pensados para jugar al aire libre, hay otro tipo de juguetes que les ayudan a conocerla y, por tanto, a cuidarla y respetarla, como los que les ayudan a explorar la naturaleza o les permiten cultivar sus propias flores y plantas. A pesar de no ser juguetes 100% bio y ecológicos, les enseñan a reciclar, cuidar la fauna, plantar árboles o cualquier otra actividad que ayude a proteger lo natural frente a lo artificial e industrial.

Otro modo de ayudarles a aprender a cuidar y respetar la naturaleza es a través de los juguetes científicos y de experimentos. Con estos juguetes, además de despertar su curiosidad por las ciencias y la investigación, les permitimos experimentar e investigar el medio natural desde un punto de vista científico. Este conocimiento del entorno y del por qué de las cosas les hace amar y respetar el mundo que les rodea, y les motiva a querer cuidarlo y preservarlo. Lo mismo ocurre con los juegos relacionados con los animales, la historia y la geografía.

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